Manuel Calderón

Viajes de Autor

VUELTA A CASA

CAMINO DEL NORTE

ASTURIAS

Julio de 2.022

CAMINO DEL NORTE

Para los peregrinos y para la mayoría de las personas, el gran viaje a pie, por excelencia, es el Camino de Santiago. Lo hagas desde donde lo hagas, una vez concluido, sólo queda volver a casa. No hay más. Cada persona habrá vivido y aprovechado el camino a su manera. Algunos, incluso, ni se habrán dado cuenta de que lo hicieron.

Desde que imaginé mi vuelta por España, intuí que en ella, cabrían varios viajes, pues mi forma de vivirlos y percibirlos, evolucionaría con el tiempo. En la primera parte, en el camino hasta Santiago, aprendí a vivir y sentir como un peregrino. En mi caso, caminé ausente a cualquier motivación interior, pues tantos eran los acontecimientos y distracciones que proporciona el camino, que apenas pensé, en las consecuencias del recorrido sobre mi persona.

Después de Santiago, el viaje viró hacia dentro. Continué mi camino en el sentido de las agujas del reloj. Caminé Galicia. La Costa da Morte, salvaje y serena como una contradicción, fue el estimulo necesario para asimilar lo vivido. Los senderos solitarios, el mar y el viento, calmaron las aguas turbulentas de mi mente y, de esta manera, el viaje adquirió una nueva dimensión.

Otra vez regreso al bullicio, al Camino del Norte. A esa Torre de Babel que son los albergues de peregrinos. Paso a Paso, recorro Asturias alejándome de Santiago. Caminando hacia Irún, me cruzo con peregrinos que tratan de corregir mi rumbo, creyéndome perdido. Otros, en su inseguridad, me preguntan qué dirección seguir, pues, en este caso, ellos son los desorientados. Una vez les corrijo, quieren saber más. De donde vengo, a donde voy. Les digo que regreso a casa, que mi meta es mi hogar y, su gesto se perturba, al saber, que Santiago, no fue una meta donde llegar, sino una etapa más en mi camino.

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